Rusia cultiva volúmenes más que necesarios para el consumo interno de trigo, girasol, tiene suficiente carne aviar y carne de cerdo. No obstante, no consigue superar su dependencia de las importaciones de hortalizas, papa, leche, carne bovina, así como productos tecnológicamente más complicados: semillas, huevos de incubación, vitaminas y aminoácidos. Y la verdad es que en el 2022 la situación no cambiará.

El gobierno del país cuenta con asegurar en el año 2022 el nivel requerido de producción en los sectores básicos de la Doctrina de Seguridad Alimentaria, en primer lugar, en cuando a los lácteos y hortalizas.

En el año 2022 se espera el lanzamiento de un programa federal especial para el desarrollo de la horticultura, el cual está siendo desarrollado por el Ministerio de Agricultura y prevé subsidios incluso para las haciendas privadas. Sin embargo, es muy problemático en un año tratar de levantar el cultivo de la papa que estuvo bajando los últimos 20 años y construir decenas de almacenes para dichas hortalizas. Lo mismo sucede con el repollo, zanahoria y cebolla, productos básicos de la canasta nacional.

El huevo de incubación es otro producto problemático. Rusia lo está importando desde el exterior en un volumen de un 20% de lo requerido. Las autoridades del país tienen previsto el año que viene indemnizarles a los inversionistas que decidan invertir en la construcción de dichas empresas los gastos capitales y al mismo tiempo aumentar los aranceles para los huevos importados. En tan solo un año no se solucionará el problema, pero algo es algo.

Lo más difícil es sustituir las importaciones de semillas, vitaminas, ingredientes alimentarios, medios para la protección de plantas. Existen ciertos avances en la producción de semillas, pero no para todas las especies. Por ejemplo, el 100% de las semillas de la remolacha azucarera en Rusia son importadas desde el exterior.

Fuente: www.meatinfo.ru