Después de haberse implementado el límite de precios, en Europa y Estados Unidos están esperando que los precios del petróleo empiecen a bajar. Sin embargo, los analistas están predicando un déficit. Por su parte, en el mercado ya se siente un desequilibrio: la oferta se achica y la demanda crece, sobre todo, de parte de China. Según opinión de los analistas de los principales bancos de inversiones, la materia prima no bajaría de precio, si no, al revés alcanzaría los 110 dólares el barril.

Las prohibiciones para el transporte del petróleo ruso por mar entraron en vigor el 5 de diciembre, mientras que la UE, el G7 y Australia consensuaron un precio límite que representa 60 dólares el barril. Moscú ha reorientado sus exportaciones hacia la India, China y Turquía.

En esencia, se activó la cuenta regresiva de la suspensión completa de los despachos de los recursos energéticos rusos hacia al Occidente. Los países OPEP+ están muy preocupados por la intervención política directa en los mecanismos de mercado. Según subrayan los analistas, la postura de Moscú es imperdible. En particular, Rusia podría solicitar que se le pague una prima adicional por la materia prima para la UE, incluido el tránsito desde otros países.

Los europeos están tratando de cubrir el déficit con las importaciones desde los Estados Unidos, África del Norte y Oriente Medio. Sin embargo, ninguno de los posibles proveedores es capaz de incrementar la extracción para el mercado de la UE.

Los que iniciaron el límite de precios, al parecer, no entienden que no van a sacar nada de esta situación. Ello “no tendrá impacto en las cotizaciones en la bolsa”, reconoce el Coordinador de las Comunicaciones Estratégicas del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca John Kirby.

“Esas acciones del G7, a pesar de su lógica astuta, reducirán los ingresos rusos en muy baja escala, mientras que asegurarán cataclismos para los mercados mundiales de energía”, – señala The National Interest. Para el Occidente es un indicio de serios disgustos. Lógicamente, el precio del petróleo aumentará.

Según evaluaciones de Goldman Sachs, en el primer trimestre de 2023 el barril estaría costando 90 dólares y 95 dólares en el segundo trimestre.

Bank of America predice para el petróleo de marca Brent un precio de 110 dólares el barril en el segundo semestre de 2023. Mucho depende de la demanda de China y la India. Y todo indica a qué sí ésta aumentaría.

“Las sanciones contra Rusia, un bajo nivel de reservas, la apertura de la economía china y la intención de la OPEP de reducir la extracción en caso de bajar la demanda, estarían manteniendo los altos precios de los recursos energéticos”, – señalan los analistas del banco en su informe.

En su reunión del 4 de diciembre los países OPEP+ confirmaron su intención de reducir la producción en dos millones de barriles diarios. En BofA consideran que en el año 2023 el cartel restringiría todavía más su política.

Ello favorece completamente los intereses de Moscú y otros exportadores clave, lo que no se podría decir respecto a los Estados Unidos, EU y otros importadores importantes. Los traiders esperan que la India y China reemplacen a la UE en calidad de mayores consumidores de hidrocarburos rusos.

Mientras tanto, en el sector se habla sobre la aplicación de la “flota oculta” de Rusia. Se dice que las empresas están sacando de las reservas sus buques petroleros y los propietarios de barcos de la UE transmiten sus activos a operadores que no estén ubicados en el territorio del G7.

Según asegura Financial Times, las exportaciones desde Rusia durante la última semana aumentaron: los buques petroleros salían desde los puertos con 3,5 millones de barriles diarios. Los que zarpaban rumbo al Asia llevaban 500 mil barriles más que lo habitual (+16%). Los indicadores totales están al nivel máximo de los últimos 6 meses.

Sin embargo, según declaraciones del Primer Vicepresidente del Comité de Asuntos Internacionales de la Duma Estatal (Cámara Baja del Parlamento Ruso) Alexey Chepa, Rusia no requiere de una “flota oculta, ya que tiene compradores suficientes.

“Los funcionarios oficiales europeos hablaban de cómo “congelarían con hambre la máquina militar rusa”. En realidad, los planificadores aportaron todos sus esfuerzos para que el Kremlin no redujera bruscamente su producción y no dejara que el mercado se viniera abajo”.

Las medidas de respuesta rusas todavía no han sido anunciadas, pero ya es evidente que los principales despachos se estarían reorientando hacia China y la India. Y “las migajas” de la “mesa” asiática sí podrían llegar a parar en Europa, pero a un costo el triple de mayor.

Fuente: www.ria.ru