Según estimaciones del Banco Central de Rusia, la ampliación de la demanda interna, así como el aceleramiento del gasto de los recursos presupuestarios, incluyendo en el marco de los proyectos nacionales, contribuiría al aumento de la actividad económica.

Ello, por su parte, contribuiría a que el incremento del PIB del país en el 2020 alcanzara el 1,5-2,0%, se señala en el pronóstico analítico del Banco Central de enero de 2020.

Al mismo tiempo, un riesgo relevante para dicho pronóstico sigue siendo la baja de la demanda externa en el marco de una posible desaceleración de la economía mundial en vista de la propagación del coronavirus y otros factores.

Según el Banco Central, en enero continuó un incremento estable de la producción de los alimentos, el cual se observa desde mediados del año 2019. Antes que nada, crece la producción de los alimentos. En particular, aceite de girasol, leche, carne y productos cárnicos. Dichos procesos tienen lugar en el marco de un auge de la producción agropecuaria en general.

En cambio, en el mes de enero bajó la producción de los productos no alimenticios: ropa, equipos electrodomésticos, fármacos.

El Banco Central vincula dicha dinámica negativa de la fabricación de los productos no alimenticios con la venta de los stocks acumulados de productos elaborados y el incremento de las importaciones.

 

Fuente: meatinfo.ru