Alrededor de la mitad de los encuestados rusos “se apretaron el cinturón” y comenzaron a gastar mucho menos en la compra de los alimentos. La otra mitad se puso a pensar en dónde ganar más.

Los rusos reaccionan de manera activa al aumento de los precios, lo cual provocó que un 47% de los ciudadanos empezaran a ahorrar y reducir el consumo de los alimentos, mientras que un 45% está considerando la posibilidad de buscar fuentes de ingresos adicionales.

La mayoría de los encuestados (34%) comenzaron a comprar alimentos de marcas más baratas, un 27% tienden a comprar alimentos en menor cantidad, un 22% inclusive se ven obligados a renunciar a la compra de algunos tipos de alimentos.

Se redujo considerablemente la compra de carne aviar, embutidos, pescado, mariscos y frutas.  Alrededor de un 38% de los encuestados ahorra dinero en mercancías no alimenticias.

La encuesta fue realizada en 53 entidades federativas de Rusia y en 104 localidades. Más de 1500 personas encuestadas tienen la edad de 18 años y más.

 

Fuente: www.fishretail.ru