Científicos rusos detectaron en la caballa un ácido graso con fuerte acción anticancerígena.

Especialistas del Centro de Investigaciones Científicas Pesqueras del Pacífico (Centro TINRO) realizaron una serie de investigaciones de muestras de caballa y sardinas capturadas durante la pesca (últimos diez días de agosto – primeros diez días de octubre de 2017). Se estuvo estudiando la inocuidad, calidad de la materia prima y su composición química. El pescado se mantuvo congelado a una temperatura de entre -18 y -25 grados durante cinco meses. Según comentó la Directora del Laboratorio de Tecnologías Biológicas y Drobiontes Lilia Shulgina, los indicadores de inocuidad de los tejidos alimenticios de la sardina del Oriente Lejano y la caballa estaban conformes con los requerimientos de los reglamentos técnicos de la Unión Económica Euroasiática.

En la estructura de los lípidos del pescado se detectó la presencia de lípidos valiosos, incluyendo los fosfolípidos, con mayores concentraciones en peces pequeños. La caballa contenía un 71-71 % de ácidos grasos no saturados. Pero lo más importante es que, según la Directora del Laboratorio, en los lípidos de la caballa se encontró el ácido graso parinárico en una cantidad de un 5,23-8,69% (del número total de los ácidos grasos) con un fuerte efecto anticancerígeno. Asimismo, el contenido total de los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 en los tejidos de Sardinops melanostictus y la caballa japonesa permite cubrir la demanda diaria del organismo de una persona adulta en ácidos grasos omega-3. Ello significa que las conservas de sardina y caballa, incluyendo de las de tamaño pequeño, según señalan los especialistas del Centro TINRO, sirven como fuente adicional de lípidos valiosos.

 

Fuentes: http://www.fishretail.ru