En el marco del proyecto federal ruso “5-100” que está orientado a aumentar la competitividad de las principales universidades rusas con los principales centros científicos y educativos del mundo, funcionarios de la Universidad Estatal de Tiumén junto con el Instituto Estatal de Investigaciones Científicas de Fármacos Biológicos Especialmente Puros de la Agencia Federal de Medicina y Biología de Rusia y un socio privado de San Petersburgo estuvieron investigando el impacto del nuevo péptido sintético causado sobre las células de las bacterias. Como resultado, se logró comprobar la baja toxicidad de los péptidos y su fuerte efecto antimicrobiano.

Los resultados de esta investigación detallada fueron publicados en la web de la agencia de noticias RIA Novosti que hizo referencia a la revista científica “Journal of Peptide Science”.

Los péptidos antimicrobianos causan un efecto necesario en concentraciones mínimas, saben actuar contra un amplio espectro de microbios, tienen una toxicidad pequeña para los organismos multicelulares y en determinadas condiciones son fatales para la mayoría de las bacterias.

“Los fitopatógenos adquieren resistencia contra muchos de los pesticidas que conocemos hoy en día, los cuales anteriormente los tenían controlados, – explica uno de los autores del trabajo, científico del Instituto de Biología Ecológica y Agropecuaria “X-BIO” de la Universidad Estatal de Tiumén Sr. Alexey Vasilchenko. – Ello significa un serio desafío para la agricultura moderna. Además, es muy preocupante el peligro que conllevan los químicos agropecuarios para la salud del ser humano y el medio ambiente”. Una de las soluciones en la lucha contra los fitopatógenos se concentra en los propios organismos vivos: la evolución logró introducir en ellos una estrategia para la protección de los microorganismos, basada en distintas moléculas con efecto antimicrobiano, en particular, logró introducirla en los péptidos”.

Los científicos elaboraron dos variantes para usar dichas sustancias contra los fitopatógenos: el uso de los pesticidas biológicos (contentivos de los péptidos antimicrobianos) y la obtención de variedades transgénicas capaces de elaborar péptidos antimicrobianos por sí solas.

Los especialistas de San Petersburgo tomaron la molécula natural de la indolicidina, obtenida de los neutrófilos del ganado bovino y sustituyeron en ella el aminoácido L-triptófano por la D-fenilalanina. Este cambio logró reducir considerablemente la toxicidad del péptido y al mismo tiempo aumentó su resistencia a los fermentos destructivos. La unión creada entre el resto del ácido graso y la molécula del péptido, por su parte, fortaleció las particularidades antimicrobianas de dicha molécula. La modificación que se logró obtener recibió el nombre de péptido antimicrobiano In-58, el cual se tiene previsto utilizar para proteger los cultivos.

 

Fuentes: agroxxi.ru